La solidaridad es un presente
que donamos a todos los humanos,
ya que sabemos que somos hermanos,
como el agua indomable de la fuente.
Entregamos la luz de la simiente,
que emerge con los lirios soberanos,
para nutrir a ríos siempre sanos
en sus cauces de angustia muy hiriente.
La solidaridad es un deber
con el que el caminante las estrellas
enciende con tesón y con placer.
Fragancia de azucenas y de aquellas
frissias que cultivamos por doquier
para las aves que nos dejan huellas.